Normalmente, cuando sentimos estrés, ansiedad o incluso miedo, el cuerpo se pone más rígido y tiende a tensionarse, por eso en estas situaciones solemos mantener posturas que nos producen contracturas. De hecho, encoger nuestra espalda es la postura más frecuente que se genera en este tipo de situaciones y la que más dolor de espalda acaba causándonos, ya que tensionamos la musculatura casi de manera inconsciente y prolongadamente.